Los callos son áreas de piel endurecida que se forman cuando la piel se expone a una presión o fricción excesiva. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en los pies, las manos y los codos.
Los callos se forman cuando el cuerpo produce más queratina, una proteína que forma la capa externa de la piel. La queratina extra ayuda a proteger la piel de la presión o la fricción.
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